El Papa Benedicto XVI se había referido en algunas circunstancias a los grupos de oración dentro de la Iglesia Católica, para que oraran por el ecumenismo y el diálogo religioso. En cuanto grupos "de piedad ecuménica", los mismos fueron madurando en la mente y corazón de nuestro Obispo y efectivamente brotaron del consejo brindado por Monseñor Dr. Oscar Sarlinga, Obispo de Zárate-Campana, en el seno de la Asamblea Ordinaria de 2009, la cual visitara con el fin de orientar y encauzar el rumbo de la Asociación de Amigos de Santa Brígida de Suecia, asociación privada de fieles, luego de diversas dificultades las cuales detenían su crecimiento. Así, brotó del obispo, la concepción de orantes, particularmente o en grupo, con lazos jurídicos débiles, pero con un esquema de oración a semejanza que el Apostolado de la Oración que les conferirá una íntima y eficaz comunión espiritual. Solo debían comprometerse a rezar diariamente la oración propuesta cuyo texto contiene – como puede advertirse en anexo- todos los elementos de la UNIDAD. Exhortarlos también a participar anualmente de la fiesta de Santa Brígida de Suecia( Patrona del ecumenismo espiritual y del diálogo interreligioso en esta diócesis junto a la beata M.I.Hesselblad), y de la Peregrinación de Piedad Ecuménica a la Basílica de Luján el lunes previo a la Natividad del Señor. Su dependencia es directamente con el obispo a través de la delegación diocesana de ecumenismo y diálogo interreligioso. Un coordinador o celador relevará los datos de cada promitente y se lo comunicará al responsable diocesano.
Así fueron brotando los centros Santa Catalina de Vadstena (Pilar Centro), Nuestra Señora de Lourdes (Maquinista Savio-Barrio Santa Brígida), San Ricardo Reynolds (Campana), Santiago Apóstol (Baradero).
Habida cuenta de la escasez, casi ausencia de iglesias y comuniones eclesiales históricas, este medio promueve el amor y el deseo por la unidad de los cristianos según el mismo mandato del Señor Jesús, y despierta la inquietud del diálogo judeocristiano e interreligioso y la concordia en toda la familia humana.
La ductilidad de los centros y el texto de la oración propuesta, la hacen adecuada para cualquier diócesis. Puede variarse la cura pastoral de quien los modere, obviamente el nombre del señor obispo en caso que se difunda por otras iglesias locales, etc. Por ello presentamos esta realización como subsidio para promover la base de todo apostolado, inclusive el ecuménico, que es la oración.
ORACIONES DIARIAS
Señor Jesús, que nos diste el mandato de la UNIDAD cuando instituiste la Eucaristía, el Sacerdocio y el amarnos como Tu nos amaste, te pedimos por la UNIDAD de tu ESPOSA la IGLESIA nacida de tu Corazón abierto en el madero de la cruz.
Te pedimos en primer lugar por el Santo Padre, vínculo de UNIDAD y de CARIDAD al servicio de toda la Iglesia y Pastor Universal, por el Episcopado, por nuestro obispo…..y la santidad de todos los pastores, consagrados y de la familia cristiana.
Te pedimos por la unión de todos los que nos llamamos cristianos y somos tuyos por los méritos de tu Pasión , la Fe y el Bautismo.
Te pedimos poder ser instrumentos dóciles en tus manos y te ofrecemos nuestra nada para que la llenes de Tu Presencia y por el Soplo del Espíritu Vivificante seamos agentes de reconciliación.
Te pedimos también por el Pueblo de la Primera Alianza el Pueblo de Israel, hermanos mayores en la Fe de los Padres, como también por los hijos de Ismael, y por cuantos creen en Ti. Que nuestra obediencia a los designios de Tu Corazón nos disponga al diálogo fecundo, y que el Santo Espíritu sople sobre toda la familia humana, sobre los que creen y los que dicen no creer, y por quienes reniegan de Ti, en frutos de concordia y de paz.
Te lo pedimos Trinidad Consustancial e Indivisible, Padre, Hijo y Espíritu Santo por los méritos infinitos de la Pasión de Jesucristo, las súplicas de la Bienaventurada Siempre Virgen María, de Santa Brígida de Suecia, la beata madre María Isabel Hesselblad y de todos los ángeles y santos. Que seamos uno (UT UNUM SINT) para gloria tuya y para que el mundo crea. AMEN.
Estas oraciones, con las debidas licencias del Obispado de Zárate- Campana, son rezadas diariamente por los y los devotos de la santa y su carisma.
A las intenciones en ellas señaladas, y en unión de espíritu con todos los monasterios y casas de la Orden del Ssmo. Salvador en sus tres ramas, de los institutos religiosos y cofradías que se proponen el ecumenismo espiritual y según el carisma de la santa, y por el renacimiento de los monjes de la orden.
Se añade el recitado del Padre Nuestro, Ave María, Credo Apostólico y Salve Regina. Concluyendo con el recitado del y la oración del Libro de las Celestiales Revelaciones de confianza en la Providencia Divina.
RADIO MESSAGE OF PAUL VI
ON THE FOURTH CENTENARY
OF THE EVANGELIZATION OF THE PHILIPPINES
Sunday, 2 May 1965
Venerable Brothers, beloved sons and daughters,
In Spirit, We are present among you now, as you celebrate the four hundredth anniversary of the evangelization of the Philippines. Those first valiant missionaries undertook a long and perilous voyage to bring you the Faith, for they were driven by the love of Christ, Who said: «Go into the whole world and preach the Gospel» (Marc. 16, 15).
Those intrepid pioneers realized the primordial importance of the Faith. You, their spiritual sons, will ever keep that Faith in its integrity, particularly by providing for the solid religious instruction of your children and all your people.
As a great Catholic nation in South-East Asia, you are truly «a city set on a mountain (which) cannot be hidden... A lamp put upon a lampstand, so as to give light to all» (Math. 14-15). Consider how great is your responsibility to give good example to those of other faiths, and thus sweetly draw men to the Heart of Jesus, king and center of all hearts. Manifest your gratitude for four centuries of grace by striving to give the best example of Faith, Hope and Love, of all the other Christian virtues, to the entire world, especially the nations nearest to you.
In this, you have been encouraged and instructed by the recent Congress of Catholic Action, which trains new apostles for the religious and social assistance of the people.
The very first act of your religious history was the celebration of Holy Mass on your beloved soil. Conserve and deepen your belief in the Blessed Eucharist, especially during these days of the National Eucharistic Congress with its manifestation of sincere and solemn devotion.
We have raised the Cathedral Church of Cebù to the dignity of Minor Basilica, thus recognizing the four centuries of evangelization preached in this temple, the symbol of the birth and growth of Christianity in the Philippines. You are noted for your love of the Child Jesus, «el Santo Niño». Carry Him always in your hearts, «glorify Him and bear Him in your bodies» (1 Cor. 6, 20); so that His virtues may shine forth in your lives, and give light to all men, «that they may see your good works, and give glory to your Father in Heaven» (Matth. V. 16). Love and honor His Immaculate Mother, Mary, Mother of the Church and our Mother. Thus, indeed, will you make the motto of your centenary come true: The Philippines for Christ!
From a heart filled with paternal affection, We invoke upon you all, the protection, guidance and love of the Holy Child Jesus and of Mary, ever a Virgin. And We lovingly impart to His Excellency the President of the Republic, who has honored these ceremonies by his presence; to the Members of the Government; to the Most Reverend Hierarchy, and in the first place to Our distinguished Cardinal Legate, and to Cardinal Santos, Archbishop of Manila; to the great Catholic Universities, their professors and students; to all the priests, religious, and beloved people of the Philippines, Our special Apostolic Blessing.
Y ahora vamos a expresarnos en la lengua con la que los Misioneros españoles anunciaron por vez primera el evangeho en vuestras Islas.
La posición geográfica y el destino histórico de vuestro País en el Extremo Oriente, el esplendor de vida religiosa de vuestros hogares, estos y tantos otros títulos que podríamos enumerar, constituyen otras tantas llamadas e invitaciones a dar a vuestra sincera profesión católica una creciente expansión misionera. Conocemos el proyecto de Seminario para Misiones Extranjeras con cuya realización el celoso Episcopado Filipino pone broche de oro a este centenario, y Nos con alegría lo bendecimos.
Amadísimos Hijos:
Os hemos enviado, para representarnos en las solemnidades que terminan, como Legado Nuestro, un dignísimo y querido Cardenal. Mas con cuánto gusto hubiéramos querido visitar en esta ocasión vuestro hermoso País, estar personalmente presentes entre vosotros, para alentar vuestros buenos propósitos de fidelidad a Cristo y a su evangelio, para dar con Nuestra presencia un nuevo testimonio del afecto que el Vicario de Cristo profesa a ese gran pueblo lleno de méritos y de promesas. Tened todos la certeza del gran amor con que invocamos sobre cada uno de vosotros las más ricas gracias del Cielo y os otorgamos una amplia y efusiva Bendición Apostólica.
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