¿Creeríamos, aunque viéramos resucitar a un muerto?. Más que una
pregunta lanzada al estilo del neorrealismo crudo.... Es para que lo
reflexionemos hoy. Al escuchar el Evangelio del desdichado "rico" -el
que no tenía "nombre" sino sólo, pobre, pobre hombre, tenía "sus
omnipotentes riquezas"- todos podríamos preguntarnos: ¿Creemos "a Moisés
y a los Profetas"?. Es decir, ¿"Le" creemos a Dios que nos dirige su
Palabra?. ¿Creemos Lo que Él nos dice?. Esto es: ¿Creemos en su
Palabra?. "Creer" es el acto de fe. La fe es: "adhesión de nuestra
inteligencia y nuestro corazón" (es decir, "la fe que tenemos nosotros")
a "Dios que se revela, se manifiesta, nos da su Palabra, se da a Sí
mismo" (la revelación, el contenido de la fe). Podríamos ver en esto el
Concilio Vaticano II, Const. Dei Verbum, n. 5.
Banqueteo del "rico omnipotente",
el pobre Lázaro cubierto de llagas, y la visión del "seno de Abraham".
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