martes, 9 de diciembre de 2008

MISA PRESIDIDA POR MONSEÑOR OSCAR SARLINGA CON LA COLECTIVIDAD PORTUGUESA REUNIDA EN FÁTIMA

Fátima (Pilar), Diócesis de Zárate-Campana, 7 de diciembre de 2008La Colectividad Portuguesa del Gran Buenos Aires (incluida la numerosa del partido de Belén de Escobar), viajó al partido de Pilar, diócesis de Zárate-Campana, más precisamente a la localidad de Fátima, el 7 de diciembre, para su encuentro anual y la Fiesta de Clubes portugueses. Más de tres mil personas transcurrieron el día en el muy amplio predio y parque de la casa de los Padres Servitas, donde compartieron numerosos espectáculos culturales, entre otros los «ranchos folklóricos» de la región en homenaje a la Santísima Virgen en su advocación de Nuestra Señora de Fátima.

Portugueses nativos, más hijos, nietos y bisnietos descendientes de esa localidad se dieron cita, como hace veinte años, junto a la iglesia que alberga la sagrada imagen de la Virgen de Fátima, primera réplica que fuera ofrecida al Papa Pío XII, el cual la donó a los Padres Servitas, quienes a su vez la enviaron a Argentina, a esa localidad de Pilar. La imagen posee, pues, un gran valor religioso, simbólico y artístico, y une con otro vínculo más al Papa Pío XII con estas regiones, que él visitara cuando, como Legado Pontificio (Cardenal Eugenio Pacelli), presidió el Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires y acudió a la Basílica de Luján para orar ante la Virgen.

Con motivo de las Vísperas de la Inmaculada Concepción, a las 20.00 hubo una nutrida procesión por las calles adyacentes al predio, con reflexiones y cánticos a la Virgen (en castellano y en portugués), y a las 20.30 comenzó la Santa Misa, presidida por Mons. Oscar Sarlinga, y concelebrada por los Padres Servitas y por el Pbro. Hugo Acuña, cura párroco de la jurisdicción (San Luis Gonzaga, de Manzanares). En la homilía, que el Obispo pronunció en castellano y portugués, dijo que se encontraba muy contento de recibir en la diócesis a tan numerosas familias, gente tan buena proveniente de un país que dio tanto a la civilización universal, con sus descubrimientos, y con sus fundaciones, y a la Iglesia del Señor. Como es lógico, habló del misterio de la Inmaculada Concepción, que no se trata de una simple advocación, «sino del ser de la Virgen María» y luego hizo alusión a la advocación de Fátima, a su historia, y a lo esencial del mensaje, que podemos actualizar para el día de hoy, y que «condensa –dijo- lo esencial del mensaje del Evangelio». Al terminar la Misa, celebrada en un altar preparado al efecto en un gran palco, que albergó también al magnífico coro, hubo una muestra de fuegos artificiales, y luego una procesión de antorchas desde allí hasta la capilla donde está la imagen histórica de Nuestra Señora de Fátima.

Cabe destacar que la inmigración de portugueses al actual territorio argentino tuvo lugar primero durante la colonización española, sobre todo en Buenos Aires y su zona de influencia así como luego en la región de las Misiones Jesuíticas, especialmente durante el período de la unión dinástica de Castilla y Portugal. Los portugueses radicados en Buenos Aires durante la colonia, casi en su totalidad varones, establecieron una red de relaciones comerciales y familiares de gran influencia en la vida económica de la capital del virreinato.Tras la restauración de la independencia de Portugal, prosiguió una cierta inmigración .La comunidad portuguesa de la ciudad de Buenos Aires y su zona de influencia proviene de diversos grupos sociales, tales como peones y artesanos pertenecientes a las clases trabajadoras, así como también de un grupo de clase media y media alta dedicado al comercio. A fines del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX siguieron arribando portugueses, entre los cuales no pocos caboverdianos, pueblo mixogénico con linajes africanos y portugueses en el cual han predominado los rasgos culturales portugueses y que en tiempo de su inmigración a la Argentina poseían el pasaporte portugués, establecidos sobre todo en la zona sur del Gran Buenos Aires (partidos de Avellaneda, Lomas de Zamora, Quilmes, Berisso y Ensenada).
También son numerosos en el partido de La Matanza, como en las ciudades de Isidro Casanova y González Catán, presentes en el encuentro. En la diócesis de Zárate-Campana, como se ha dicho, son muy numerosos en el partido de Belén de Escobar, y también, aunque en menor cantidad, en Pilar.

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