miércoles, 3 de diciembre de 2008

PARROQUIA DE SAN MANUEL, MÁRTIR, EN LA LONJA (PARTIDO DE PILAR)

El día 30 de noviembre, primer domingo de Adviento, el Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga erige la parroquia de «San Manuel Mártir», en la que fue la Capilla del mismo nombre, sita en La Lonja (Partido de Pilar), en Ruta 8, Km 47, con territorio desmembrado de la parroquia matriz de Nuestra Señora del Pilar (Centro), luego de haber oído desde meses atrás al Consejo presbiteral, y haber consultado profundamente el tema con el cura párroco Pbro. José Ramón de la Villa, y con el Decano de Pilar, Pbro. Oscar Iglesias, así como luego de haber escuchado el insistente pedido de la comunidad de fieles, que muy numerosos acudieron tanto para la inauguración del gran salón parroquial como en las últimas fiestas patronales.

Al mismo tiempo, nombró cura párroco de la misma parroquia al Pbro. ALBINO CABRAL, el cual tomó posesión el domingo 30, a las 17 (el primer Domingo de adviento, coincidente con la Festividad del Apóstol San Andrés). Concelebraron con el Obispo 18 sacerdotes, entre ellos los dos vicarios generales R.P. Tomás Llorente Martínez y Mons. Edgardo Galuppo, y el Pbro. José Ramón de la Villa, cura párroco del Pilar. La celebración estuvo desbordante, debiendo cortar la policía la calle adyacente porque los fieles colmaban el templo y llegaban hasta la acera de enfrente. Entre ellos se encontraban muchos matrimonios y jóvenes, no pocos pertenecientes al Movimiento “Santa María de la Estrella” y del Moviemiento de Jornada de Vida Cristiana.

El Sr. Obispo hizo alusión a la historia de la iglesia, narrando sus inicios, y recordando que “(…) la hermosa capilla, que desde el inicio se quiso dedicada a uno de los santos mártires persas del siglo IV (los tres hermanos, Manuel, Sabel e Ishmael) fue construida en tiempos en que el actual partido de Pilar pertenecía a la diócesis de San Isidro, habiendo sido bendecida la piedra fundamental el día 26 de abril de 1958 por Mons. Antonio María Aguirre, Obispo de San Isidro, y siendo el padrino del acto el Sr. Comisionado municipal Dr. Alberto Finocchietto, y la Madrina la Sra. Noemí Angélica Otero Arbuco de Crambastiani.

La primera Misa fue celebrada en la capilla por el Vicario general del Obispado de San Isidro, Mons. Alberto Devoto (luego Obispo de Goya), el día 3 de abril de 1960.

Con oportunidad de la creación de la diócesis de Zárate-Campana (1976) la región pasó a formar parte de la jurisdicción de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar, cuyo cura párroco es el Pbro. José Ramón de la Villa, en cuyo tiempo se hicieron notables reformas, y especialmente durante el encargo pastoral del actual vicario general, Mons. Edgardo Galuppo. Asimismo, de la parroquia madre de Nuestra Señora del Pilar surgieron 4 actuales parroquias del partido.

En el año 2007 Mons. Sarlinga nombró al P. Albino como vicario parroquial de Ntra. Sra. del Pilar, con especial encargo para la atención de la zona de La Lonja y ayuda a la llamada «vicaría» de Ntra. Sra. de Caacupé.

Como hemos dicho, la casa parroquial, que se encontraba por entonces en ciernes, fue concluida a mediados de 2008, y asimismo los espaciosos salones de reunión, catequesis y de uso pastoral, con planta baja y primer piso, que se hicieron con la ayuda de la comunidad de la zona.

Comentó luego Mons. Sarlinga la historia de San Manuel, Martir, y sus hermanos, y dijo también que “sabrá el Espíritu por qué tuvo esta capilla esta advocación de este mártir persa, pero nos honra y le pedimos su intercesión, a él y sus hermanos mártires”. Y dirigió luego unas palabras acerca de los Santos Mártires Manuel, Sabel e ismael.

Estos tres hermanos eran persas, nacidos de padre pagano y madre cristiana. Educados con espíritu cristiano y luego bautizados, llegaron a ser oficiales de la corte del Rey Balanos, y luego enviados por él ante el emperador Juliano (el Apóstata, porque había renegado de la fe cristiana), a los fines de iniciar negociaciones que confirmaran la paz entre los Persas y el Imperio Greco-Romano. El emperador apostate, para el acto de recibirlos, había preparado una celebración pagana en honor a los ídolos, en la ciudad de Calcedonia, y acudió allí junto con su corte para ofrecer sacrificios a aquellos ídolos. Los delegados Persas se ausentaron de la celebración (hoy diríamos, por razón de conciencia, u objeción de conciencia, debido a su fe cristiana), pero el emperador, contra todo derecho, los convocó obligatoriamente y les ordenó perentoriamente que tomaran parte de las festividades en honor de los falsos dioses. Aduciendo su estatuto «diplomático» (porque eran delegados del Rey de Persia) los tres hermanos declararon en primer lugar que estaban allí para hacer tratativas de paz y no para otra cosa, y además que, siendo cristianos, consideraban indigno inclinarse ante los ídolos y ofrecerles sacrificios. El emperador Juliano, furioso, los arrojó a prisión, desde donde fueron sacados recién al otro día, para disputar sobre temas de la Fe, y para ser convencidos en abjurar, con lo que ellos no consintieron, lo que fue causa del inicio del martirio. Atados desnudos y azotados con varillas de hierro. Durante su tortura, oraban a Jesús como Salvador del mundo.

De nuevo obrando contra todo derecho, y ya contra toda sanidad de la mente, el emperador Juliano ordenó que fueran atravesados a la espada y luego prendidos fuego, en el año 362. Cuenta la tradición piadosa que hubo un terremoto en el momento de la ejecución, lo cual imposibilitó a los esbirros del emperador el quemar los cuerpos, por lo cual fueron enterrados luego por los cristianos.

Al enterarse el Rey de Persia (que no era cristiano) del inhumano tratamiento que el emperador les había prodigado a sus delegados por razones de religión, le declaró la guerra, en la que el mismo emperador Juliano fue muerto, luego de caer, abatido por la espada, de rodillas.

A continuación comentó Mons. Sarlinga el sentido de la parroquia según el Documento de Puebla (“comunidad de comunidades”) y el pedido de la misión urbana en los documentos de Santo Domingo y Aparecida, sobre todo en un partido como Pilar, dijo, que cuenta con 280.000 habitantes y que significa para nosotros todo un desafío pastoral. Dijo también que con la diócesis en estado de misión queríamos ponernos en sintonía con la solicitud del Papa Benedicto XVI en su discurso inaugural en Aparecida, y que dicha misión diocesna había dado muchos y numerosos frutos, que se transformarán en bendición para nuestras familias y comunidades.

A la salida de la celebración de la misa, hubo suelta de globos, la banda de la Fuerza Area Argentina.ejecutó numerosas piezas, y luego se compartió un ágape fraterno con la comunidad en el flamante salón “San Pablo” que fue inaugurado en este mismo año de 2008.

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